lunes, 12 de octubre de 2009

De Merquita


Gozaba una palma
y voces escuchadas al pasar en
los pálidos regazos de la infancia,
y mis padres siempre abatidos.
Puedo decir que éramos una familia
llena de palabras encontradas
con aves puestas en los ojos
y siempre un dulce bajo
la almohada como irrefutable
disculpa.
No existen quejas
solo la palma colgada
más allá de la mesita de noche
la casa también descansa.
Cuando me llamaban a cenar
siempre lo hacían de forma
despreocupada
como con faltas de ortografía.
El laurel tomaba algunas veces…
Forma de grillos en cajitas
y otras de dentadura inmersa
en un vaso con agua.
Mi pensamiento es todo
Es lo mejor que has vivido...