lunes, 6 de abril de 2020

Un faro en la carretera puede resultar un tanto distópico, pero en esta ocasión no, porque estamos junto a un mar.


Vos encabezas el cielo de noche y la selva
los microorganismos o un gatito negro.
Cierro los ojos comprendidos entre días eternos
en los que deposito nuestras esperanzas en
una pequeña lata de atún forrada en ocre.
Ni me doy cuenta pero el paso
inevitable de sucesos inadvertidos
me están amojando el rostro.
Y una luz en que imagino la luz
en un sendero
anima cada techo embobado
de tanta luna llena


y por encima de los cerros


un perro que se muerde la cola
un asiento vacío en un bus completo
las bocinas del tren
el encanto de otros momentos
luego sigue todo oscuro. 

Un Estornino que choca contra el cristal de la tardecita


Escribo, tomen asiento tranquilos, si es que van a escuchar.-
no pretendo ser juzgado, en mi intento, escribo
para no matarme, o matarle a ustedes.
Y el sol no se ha ido
En el campo llano
En el amor de la infancia
El trigo mojado y las
Aves que a tanta distancia
No podemos saber que
Traman,
Empuñar un arma por matar el tiempo
y conseguir
algo de dinero
el que haga falta
el que haga falta para comprar
cosas que ya no necesito.