martes, 9 de agosto de 2011

Claro que sí


Delicado mi cuerpo en la hierva
mientras crece el pasto.
Nos permitieron esta muestra
equilibrada de crueldad,
la misma distancia entre los dos.
Nos separa equitativa la noche
que se ve espantada de aves que
emigran con silencio en sus pliegues
sus alas plateadas.
Nos rompieron el tabique del corazón.
Pellizco mis manos en los bolsillos.
Todas las chicas bonitas que me
gustaron ahora están viejas,
me gusta besarte en los ojos
porque cuando estás conmigo
no siento ganas de suicidarme.

1 comentario:

  1. Como te admiro, Chelo. Esta poesía es perfecta, siempre me hace bien leerte, me genera mucho orgullis

    ResponderEliminar